Acabo de leer que el gran amor, y que duró hasta la muerte de él, de Sir Winston Churchill fue una tal Odette Pol Roger, esposa de un cosechero de champagne francés; o sea, un amor asimétrico y adúltero "comme il faut".
Y que cuando se conocieron, Churchill tenía 70 años y ella 31 (*). O sea, exactamente la diferencia de edad que a mi me gusta y por la que suspiro; y que como yo tengo 72, ella podría llegar hasta 33/34, sin problema.
En un artículo de hoy, la bióloga Anna Veiga, creadora del primer bebé-probeta de España, proclama que: "Hay que conseguir que las mujeres tengan hijos cuando son jóvenes". Y esto es exactamente lo que siempre he predicado yo, que hay que follarse a las jóvenes y a las viejas respetarlas y recluirlas en la cocina.
Coronel (Ret) Von Rohaut
(*) Ojo, que cuando es al revés es una guarrada.
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