martes, marzo 08, 2011

La artillería antiaérea, hoy


Caso de imponer una "no-fly-zone" sobre Libia, la aviación de Khadaffi, suficiente para bombardear y ametrallar a los pobres insurgentes pero obsoleta, mal mantenida y con pilotos con formación precaria, no sería enemigo para la moderna aviación aliada, encargada de hacer respetar la exclusión aérea o prohibición de volar.

Caso distinto sería el de la defensa antiaérea. Los viejos cañones antiaéreos, como la mítica "FLAK" alemana, con los cañones "ocho con ocho", de 88 mm. (*), ya fueron sustituidos hace mucho por los cohetes "tierra-aire" de medio y largo alcance. Pero los cañones automáticos, bi-tubo y cuatri-tubo, ruso-soviéticos, en calibres de 57 y 23 mm., fueron responsables de la mayoría de derribos sufridos por los americanos en la guerra de Vietnam y siguen en servicio, como el "ZSU 23-4", de 23 mm. de la imágen, (montados, o no, sobre blindados de cadenas y auxiliados por radar) y de los que el Coronel Khadaffi dispone de un buen arsenal.

Son ideales para la defensa contra aparatos volando a baja altitud. No tienen la precisión casi infalible de un "missil" Stinger, por ejemplo, de cabeza buscadora térmica o de infra-rojos (pero que cuesta varios miles de dólares la unidad) pero disfruta de la cantidad ilimitada de su barata munición, con el consiguiente efecto de saturación; y una vez disparada, la bala no puede ser esquivada ni engañada con bengalas u otros mecanismos. Si ha sido bien apuntada, dá en el blanco y los helicópteros, más lentos, son objetivos seguros.

Coronel Von Rohaut

(*) Que luego tuvieron una larga vida reconvertidos como potentes cañones anti-carro, tanto en baterías contra-carro como utilizados como cañón principal del propio tanque "Tigre".

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