jueves, septiembre 01, 2011

"The roaring forties"


O los Rugientes Cuarentas en relación a los vientos, bramadores, que circulan a rachas brutales de más de 100 kms/hora entre las latitudes 40º y 50º de los océanos australes y que convierten en casi suicida, especialmente en la época gloriosa de la navegación a vela, el doblar el Cabo de Hornos especialmente de este a oeste, debido al efecto Coriolis.

Incluso ahora, con olas que pueden llegar a alcanzar los 30 metros de altura, es una navegación difícil la de pasar por el extremo sur del continente americano, ni que sea por el algo más ancho estrecho de Drake, pero en la época de la vela los marinos que lo realizaban estaban autorizados a colgarse un aro en una de sus orejas, especialmente la izquierda, lo que ha permanecido hasta hoy como signo o muestra de valor (como entre los piratas).

El otro privilegio que disponían era el de poder permanecer cubiertos ante el Rey y, finalmente si bien jamás lo he comprendido como un privilegio, podían, desde la borda del barco, mear contra el viento. Y no lo veo como un privilegio ya que si así lo haces, el primero que se salpica eres tu mismo...

Coronel Von Rohaut

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