Que algunos, más ramplonamente llaman "futurología", es el estudio, particularmente matemático (*), del futuro, para comprenderlo e intentar influir en él. Es una herramienta habitualmente utilizada por los gobiernos y los partidos (especialmente a través de sus "think tanks" o laboratorios de ideas, de estudio y análisis) y también por las empresas y grandes corporaciones.
Y por los ejércitos y sus Estados Mayores, para prevenir futuras amenazas y prepararse para combatirlas.
Pero a pesar de los miles de millones destinados por el Pentágono en herramientas informáticas y en modelos matemáticos para cubrir todas los parámetros y posibilidades, son "gloriosas" sus cagadas (o de la CIA), como, por ejemplo, que no preveyeran a tiempo las pruebas nucleares de la India, la caída de la Unión Soviética, ni la reciente Primavera Árabe.
Y ahora un ex-Secretario de la Navy ha dicho que es casi imposible adivinar el futuro y que es mejor intentar cubrir una serie de posibilidades, aún que te equivoques, a que no preveas nada (que es lo mismo que decía mi profesor de estudios de mercado). Pero que nunca lo sabremos todo y es mejor asumirlo desde ya y no creer que con nuestros estudios lo podemos prever todo, lo que luego causa frustraciones
Y los militares siguen gastando miles de millones en la confección de "escenarios posibles". Que algunos analistas dicen que si unos son tontos, otros son idiotas (**). Claro que si realizas muchos, en alguno acertarás; lo difícil es saber, a priori, cual será fiable.
Coronel Von Rohaut
(*) La prospectiva, así como la estadística, son algunas de las ramas más duras de las matemáticas.
(**) Cuando en mi juventud yo estudiaba "prospectiva" (lo que era; no como realizarla, lo que quedaba fuera de mis capacidades) salieron a la luz (restringida) unos "escenarios" preparados por uno de los "think tanks" ya mas famoso de entonces y todavía en activo (no sé si el "Hudson Institute" o la "Rand Corporation"), en relación a la España de después de Franco y encargados por la Secretaría de Estado USA. En uno de ellos, los neo-falangistas se adueñaban del país en un golpe de estado y perpetuaban el franquismo de raíz fascista. En otro, el príncipe Juan Carlos heredaba la jefatura del gobierno, como rey, pero bajo el control de los militares (que es casi lo que pasó ¿o no?).
1 comentario:
A la postre, mi coronel, en la transición el poder militar resultó más bien débil.
Creo que los americanos eran conscientes de la debilidad de la URSS y de la, llamada, primavera árabe. Sí, desde luego, es imposible adivinar el futuro porque nos faltan datos.
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