Mientras algunos medios presumen que la boda de "la vieja duquesa caliente" (*) ha proyectado la imagen de España en todo el mundo y ha mostrado nuestra forma de ser (de los españoles ¿eh? que muchos catalanes no nos consideramos españoles) otros, incluso de la misma Sevilla, se avergüenzan, precisamente, de la imagen dada: españolada cañí, folclórico-flamencoide, de toros y pandereta, anticuada y fané y descangayada como decía el tango de Carlos Gardel.
A mi, como casi todo lo español salvo el jamón ibérico de pata negra, me la trae al sol. Floja y despendolada.
Coronel Von Rohaut
(*) Una de las señoras más ricas de España y la más aristocrática del mundo, solo superada en títulos nobiliarios por la Reina de Inglaterra. Como folladora, la primera. Que ha vivido como Dios y se ha puesto el mundo por montera, indudable; pero como embajadora de su país, patética.
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