lunes, octubre 03, 2011
La piscina olímpica de Valdebebas
Mientras es sabido que los jugadores del Real Madrid se entrenan sistemáticamente en la piscina para ensayar sus "piscinazos", cuando el Guardiola, ante la falta sufrida por el Messi y no pitada, afirma que "Messi si se cae, es que le han tirado" (contrariamente a otros "buenos cristianos" añado yo), los periodistas de la "Central Lechera" saltan indignados y acusan a Guardiola (y al Barça, y a los catalanes todos, y a los "castellers" de Vilafranca, y a los "coros de Clavé", y a los gigantes y cabezudos) de prepotente.
Todo lo que gana el Barça es por las confabulaciones de Villar (el Villarato) y del Platini, presidente de la UEFA (así como de la Unicef y hasta del secretario de la ONU, el señor Ban Ki-Moon), tanto es el poder mafioso del Barcelona... según afirman tanto el entrenador como su propio presidente, el "divino" Florentino.
Mientras que la historia cuenta que el equipo (el equipo del Régimen) que siempre ha sido beneficiado por el poder es el Madrid. En los años 70/80 era presidente del comité de árbitros un tal José Plaza del que un árbitro en activo y que conocía lo que allí se daba, aragonés por más señas, dijo que mientras Plaza designara los árbitros el Barça no ganaría ni una Liga; y así fué o casi, mientras el Madrid se hinchaba.
Y ya antes, en los años 50, el Barcelona había contratado a un tal Di Stefano a su club, el "Millonarios" de Bogotá. Juntos Di Stefano con el ya barcelonista Kubala, el club hubiera sido imbatible todo y los árbitros que querían tener contento al Generalísimo. Y Di Stefano incluso llegó a entrenar con el Barça y mi primo, el Jordi Vila, me dijo que mientras Kubala jugaba para el equipo y les hacía a todos buenos, Di Stefano, todo y ser muy completo, les decía cómo había que ponerle el balón al pié; todo el equipo tenía que jugar para él.
Pero no lo podían consentir, y no lo consintieron. Y el Madrid fichó, también, a Di Stefano y la federación validó su fichaje por el club de la capital. El Barcelona lo impugnó y entonces la Federación dió una solución salomónica; estúpida como buena española, pero salomónica. Que Di Stefano jugara una temporada con cada club... Naturalmente, el Barça no lo aceptó y les dijo que se lo metieran donde les cupiera. Y les cupo en el Madrid, donde se hinchó a meter goles.
La respuesta la dá un periodista de Barcelona, cuando afirma que, para que al Barça le piten un penal a favor, es necesario que el defensa contrario saque una pistola dentro del área. Y así y todo, los "ronceros" de turno dirían que ha sido en defensa propia...
Coronel Von Rohaut
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