Coronel Von Rohaut
Lee y aprende, bastardo español:
En su integridad (1931)
JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ, 'AZORÍN'
Digamos dos palabras -sin importancia- acerca del
asunto Cataluña. Para decidir en el asunto Cataluña se puede leer o no leer; se
puede leer mucho o no leer nada. Si no se lee nada, se acepta el resultado de
un largo proceso de siete siglos y se da el fallo favorable a Cataluña; si
leemos, habremos de encontrarnos, frente a nosotros, pobres lectores, con una
ingente montaña de papel. […]
Todas las disciplinas: la historia, el derecho, la
filosofía de la historia, la historia del derecho, la estética, la etnografía,
el folklore, la poesía erudita, la poesía popular, la novela, la sociología, el
derecho consuetudinario, la filología; todas las disciplinas, en suma,
estudiadas para demostrar que Cataluña tiene una vitalidad propia, que Cataluña es una nación. […]
Las teorías que antaño corrían como válidas han sido
reemplazadas por teorías nuevas. Creíamos conocer el ideario de los
catalanistas, y tenemos que estudiar de nuevo sus programas; otras doctrinas
están ahora en curso. Los hombres se suceden y las ideas también. Y en este gigantesco
remolino, a lo largo tan sólo de los últimos cincuenta años, por encima de la
muchedumbre de nombres de políticos y de teorizantes, emergen en la memoria los
nombres de Mañé y Flaquer, Almirall, el doctor Robert, Prat de la Riba,
Maragall, Torras y Bages, Cambó, Rovira y Virgili… ¡Qué vida tan intensa la de
esta nación desde hace siete siglos!
La ondulación de la historia de Cataluña es
interesante; nada más curioso e instructivo. Seguir las fluctuaciones de la
nación catalana desde la Edad Media hasta el presente es contemplar el más
bello panorama. […]
Una historia de siete o más siglos, [...] y cuatro
centurias de inquietud. De inquietud para Cataluña y de preocupación para el
resto de España. No ha habido sosiego ni para Cataluña ni para el resto de
España en ese largo período. […] Y es hora de que la inquietud y la
preocupación terminen. Cataluña tiene
derecho a vivir su vida. El resto de España debe, sin más dilación, hacer que
Cataluña viva su vida. […]
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