Ayer los Príncipes asistieron, en visita semi-privada o sea, sin himno a la llegada al palco, a la representación del
"L'Elisir d'Amore" de Donizetti, en la
Opera de Barcelona. Y fueron recibido con pitos: en la calle y a la entrada, lo que es más habitual y comprensible (*), pero también en el interior y por parte de los asistentes en lo que, antes más y ahora menos, pero todavía, es el templo de la cultura de la alta burguesía catalana, o como mínimo, de la clase media-alta, y donde silbar a las autoridades era impensable.
Se barajan algunas hipótesis para explicar la pitada, que puede ser una de ellas, varias o todas juntas, según el
"silbante":
- La Casa Real española, en conjunto y por representar una autoridad invasora, no es bien acogida en Catalunya.
- Ello se ha acrecentado con las cacerías de elefantes (pobres bestias...) en Bostwana por parte del Rey, acompañado de su barragana.
- Ha hecho rebosar el desprecio la actuación presuntamente delictiva del yerno Urdangarín, cuñado del príncipe asistente.
- Asistían otras autoridades muy mal vistas, como la asquerosa Delegada del Gobierno, la exacerbada pepera Llanos de Luna, conocida por su persecución de la bandera y lengua catalanas y homenajear a la División Azul y otros símbolos franquista-hitlerianos (por lo que en otros países la meterían en la cárcel). Podría ser que fuera ella la merecedora de la pitada...
- Muchos asistentes habituales acostumbran a entrar por lugares determinados y sentarse en butacas establecidas o reservadas. Ayer se encontraron con calles cerradas, asientos ocupados por seguridad y visitas, y sufrieron un gran retraso al tener que esperar a los príncipes. Y esto acostumbra a ocasionar silbidos. Felipe, querido, hay que llegar a la hora ya que "the show must go on".
Pero lo que a mi me causa mayor satisfacción es que parte de la burguesía catalana, que solo muy, pero muy minoritariamente, era independentista, cada vez lo es más. Tengo amigos catalanes de pura cepa, pero que incluso en la intimidad del matrimonio e hijos hablaban en castellano (que era más fino), que se escandalizaban cuando les decía que yo era separatista, que ahora y cada vez más, me envían ellos a mi, panfletos independentistas y reclaman que
"nos vayamos de una vez por todas de esta gentuza que nos roba...".
Me encanta; vamos haciendo camino y, como decía el poeta, "se hace camino al andar".
Coronel Von Rohaut
(*) Siempre había grupos de obreros y sindicalistas que abucheaban a los
"señores" que entraban al Liceo...
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