Ya contada aquí muy anteriormente.- Al inicio de la IIGM la constructora de aviones francesa, Morane Saulnier, que fabricaba la mayoría de cazas en uso en la Armée de l'Air, estaba terminando el estudio de un nuevo y revolucionario prototipo, del que habían construido dos unidades. Por culpa de los presupuestos (bajos) y las directrices políticas (de izquierdas), los armamentos franceses siempre iban con retraso... Llegaban una guerra más tarde.
Ante el fulgurante avance alemán, la fabrica y los dos prototipos cayeron en manos de los "nazis". Uno de ellos lo llevaron a la cercana factoría de Hispano Suiza para someterlo a pruebas y ensayos en su moderno túnel de viento, y los resultados aerodinámicos del fuselaje fueron enviados a Alemania; no se sabe si los aprovecharon.
Pero el motor del otro, un revolucionario "Gnôme et Rhone" con un compresor de dos etapas o doble compresor (que luego ya ha sido más habitual en el mundo de la mecánica) fue enviado directamente para su estudio en Alemania.
Mas adelante, los servicios de inteligencia británicos comunicaron que los adelantos de dicho motor habían sido adaptados para su instalación en el nuevo caza alemán Focke Wulf 190.
Cuando dicho caza llegó al frente (hacía 1942) y empezó a enfrentarse con los ingleses, un piloto francés, que se había alistado voluntariamente en la RAF y al que llegó la anterior información, comunicó a sus superiores que había sido piloto de pruebas, antes de la guerra, con la constructora de dicho avión y lo había volado. Comentó que las dos etapas del compresor, una funcionaba hasta una determinada altura y, cuando un altímetro de depresión señalaba que se había alcanzado, automáticamente se desembragaba la primera etapa y entraba en funcionamiento la segunda para alimentar el motor en alturas de vuelo superiores, por encima de los 6.000 metros. Y viceversa.
Este piloto comentó que si, en vuelo, se llevaba el avión alemán a combatir alrededor de dicha altura (que se conocía), por encima y por debajo de dicho nivel, a través de las maniobras y acrobacias de combate, los continuos embragues y desembragues automáticos del compresor ocasionaban una serie de rateos que le daban una inestabilidad en el vuelo y podía favorecer el tomar ventaja y derribarlo. Consta que tal técnica fue utilizada por los pilotos británicos hasta que los alemanes se dieron cuenta y complementaron el altímetro automático con un mando manual que podía desactivarlo en combate. Junto con otras mejoras, pero ya en 1944.
Coronel Von Rohaut
domingo, mayo 11, 2014
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