Un submarino nuclear americano, de ataque, clase "Los Angeles", al navegar sumergido por el área del Golfo de Mexico, a lo largo de la Louisiana, según noticias no confirmadas oficialmente, atravesó alguna de las múltiples capas de petróleo de las escapadas de la torre de perforación destruida recientemente y que flotan libre y descontroladamente a distintas profundidades.
Al parecer, el "chapapote" formado por dicho petróleo, emulsionado con el agua del mar más los productos disolventes esparcidos para controlarlo por la empresa petrolera "BP" y para prevenir la marea negra, cubrió el casco del submarino con lo que los especialistas han llamado "una especie de mayonesa".
Un submarino, al navegar sumergido, es totalmente ciego y se guia por sus "orejas" es decir, el "sonar", cuyo domo se sitúa en la proa del casco. La "mayonesa" que lo recubría impidió el paso de las ondas. El buque quedó ciego y sordo.
Tuvo que emerger a cota de periscopio (*) y regresar a su base a velocidad reducida.
La buena noticia es que, quizás, los americanos estuvieran utilizando su flota de submarinos nucleares para detectar y localizar, precisamente, dichas capas de petróleo disperso y que es una gran amenaza ecológica; una catástrofe medio-ambiental.
Coronel Von Rohaut
(*) Los modernos submarinos nucleares, gracias a la línea hidrodinámica del diseño de su casco (y que el rendimiento de su motor, único, es el mismo en cualquier condición; no como los antiguos que utilizaban un motor Diesel en superficie y uno eléctrico, a baterías, en inmersión), navegan mejor y pueden desarrollar más velocidad sumergidos que en superficie.
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