En el G-20 del 2008 el Zapatero logró entrar con una silla que le realquiló el Sarkozy. Al G-8 del 2009 fue invitado por Berlusconi pero, junto con otros varios gobernantes europeos, a escuchar lo que habían decidido los grandes el día antes.
Este año asistirá, también invitado ya que España sigue sin formar parte del Club, al G-20 que empieza mañana en Toronto (Canadá). Pero a la reunión previa del G-8 de hoy ya no le ha invitado nadie y eso que este año él era el presidente de turno de Europa; estaban el Barroso y el Van Rompuy pero el pobre zapatero ha disfrutado de una puta mierda de presidencia rotatoria, de la que él esperaba redorar sus blasones. Pero no le ha salido nada bien, se le han disuelto todas la grandes reuniones; se anuló la venida de Obama y no se ha hablado nunca más de la reunión Mediterránea de Barcelona. Y él irá a Canadá como comparsa, con menos relevancia que el Uribe de Colombia, que sí ha estado invitado a hablar ante el G-8 de hoy.
Pero ya le está bien; veo por la tele imágenes de la reunión de hoy, con Obama y Sarkozy sentados lado a lado y hablando animadamente con grandes aspavientos. De estar el Zapatero, lo habríamos visto en un rincón sin que nadie le dirigiera ni una puta palabra... Por lo menos el Berlusconi explica chistes y se ríe a carcajadas. Mientras, el Obama, la Merkel, el Sarkozy, el Cameron, el ruso Medvedev y hasta el primer ministro anfitrión de Canadá, deciden lo que se "decidirá" mañana.
El Lula, de Brasil, ha excusado su asistencia al G-20, del que sí forma parte, por culpa de las inundaciones. Ha hecho bien; después de su alineamiento con Irán, haciendo costado al Erdogán de Turquía, creo que los que siguen mandando de verdad no le habrían estrechado la mano con demasiado cariño...
El que vale, vale, y el que no, "pa cabo".
Coronel Von Rohaut
sábado, junio 26, 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario