Pongámonos la mano sobre el corazón y reconozcamos que los vinos españoles no son ninguna gran cosa, ni nada del otro mundo. Ni siquiera los cavas catalanes pueden competir, ni de lejos, con los buenos "champagnes" franceses (claro que un buen cava, que los hay, siempre será mucho mejor que un mal "champagne", que también haylos...)
En muchas películas o series americanas vemos a gente fina tomarse, a palo seco o a solas, una copa de vino. Como aperitivo o por "tomarse un vino...". Y yo tenía unos conocidos en Los Angeles que, antes de la comida, la señora se tomaba siempre, como aperitivo, una copa de vino del que luego se bebería durante el almuerzo o cena. Y que generalmente era un vino blanco y aromático, un "Gewürztraminer" californiano, del Valle de Sonoma (en la imagen superior).
En cambio, el mismo Josep Pla (un gourmet muy sabio y exigente) confesaba que, incluso el vino de Rioja no tiene ninguna importancia, y que es un vino que no puede toarse solo. Siempre hay que beberlo comiendo alguna cosa, para que pase...
¡Y tiene razón, qué coño...!
¡Abajo con la chulería, el chauvinismo, y la fantasmada castellana...!
¡Donde esté un buen vino francés (y subrayo lo de "buen"), o italiano, o germano-alsaciano, o hasta italo-americano californiano, o chileno, que se aparten los "aguarrás" hispanos...!
Coronel Von Rohaut
sábado, noviembre 18, 2017
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