martes, noviembre 16, 2010

Voy a tener que darle la razón


A Dios pongo por testigo que el dirigente de ERC, el Joan Puigcercós, es que no me gusta nada, de nada, pero nada.

Pero voy a tener que darle razón. ¿Que qué a dicho? Pues la puta verdad, coño.

"... Cada día, empresarios de Catalunya tienen en su casa instalado un inspector de Hacienda cuando Madrid es una fiesta fiscal y en Andalucía no paga ni Dios".

Suena fatal, como una provocación y, obviamente, al instante y de todas partes le han caído hostias a destajo. ¡Habráse visto, qué desvergüenza, decir la verdad en voz alta! Es que estos putos catalanes solo piensan en la "pela" y son unos insolidarios del copón.

Pero es verdad que hay muchas maneras de robar a los catalanes por parte del estado y no solo con los muy visibles y descarados desequilibrios fiscales, ya ampliamente denunciados (*), si no como esta, por ejemplo: hacer una ley tributaria igual para todos los españoles pero, luego, aplicarla con distinta presión en unos u otros sitios, lo cual es practicamente indetectable ya que a los estrangulados, por más que se quejen, siempre les dirán que no se hace más que aplicarles la ley (**) y jamás podrán demostrar que otros lo son menos, ya que no serán estos quienes aportarán pruebas por ser favorecidos. Es más, en un país donde la "picaresca" es ley, casi todo el mundo defrauda a la Hacienda pública; luego, solo hace falta perseguir más o menos a unos defraudadores u a otros y ya tenemos una bonita discriminación positiva hacía los no catalanes o amigos varios.

Creo que estos dos ejemplos que siguen ya los he comentado alguna otra vez aquí mismo y ya sé que una anécdota no puede elevarse a categoría; pero es que son claramente explícitas de lo dicho por Puigcercós, y lo ejemplifican.

Siendo ministro de Hacienda el catalán socialista, jacobino y renegado, Josep Borrell (***) y viendo lo elevado del fraude fiscal en esta mierda de país, se sacó de la manga un "peinado fiscal", que consistía en mandar un regimiento de inspectores, por sorpresa, a una población dada y hacer revisiones casi casa por casa. Seguro que los manresanos defraudan todo lo que pueden; pero seguro que igual de chorizos son en Andújar, en Jaca, Astorga, Plasencia, Alcorcón y Villanueva del Trabuco. Pero solo mandó hacer un "peinado fiscal" en Manresa, provincia de Barcelona, Catalunya.

Otra vez, un íntimo amigo, Vicepresidente, por entonces, del Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona y Lérida, participaba en el Congreso anual del Consejo General de España y, en un corrillo, discutían y se lamentaban de lo penoso que era, cada cierto tiempo, tener que hacer la Declaración del IRPF. Decía mi amigo a sus colegas que, si bien siempre puedes esconder algo, al final del año son muchos los dineros que has tenido que pagar al Estado. Un participante, afiliado al Colegio de Jaén (Andalucía), extrañado de las quejas de sus compañeros catalanes dijo:

- ¿Pero vosotros hacéis la declaración del IRPF? Nosotros, aquí en Jaén, no la hacemos nunca ni pagamos nada.

- ¿Y como os lo apañáis, cundo os viene una inspección? le preguntó mi amigo.

- Yo no he tenido ninguna inspección; jamás.

Exactamente lo dicho ahora por Puigcercós...

Y al Puigcercós le insultarán, le exigirán disculpas, le dirán que se ha pasado cuatro pueblos pero nadie, con datos contables, le desmentirá ni podrá demostrarle que no dice verdad.

Véis. Esto es lo que, por lo menos a los que somos un poco leídos y no nos ha afectado el "síndrome de Estocolmo" ni, sentimentalmente pero nada racionalmente, nos sentimos tan catalanes como españoles (¡Dios!, qué infortunio, qué dilema, qué mal rollo...), o no somos declaradamente españoles (lo que, serlo, es legítimo) por lo que pasaríamos a ser parte interesada y rufianescamente beneficiada, nos hace ser "in. de. pen. den. tis. tas".

Por pura "defensa propia". Por supervivencia como individuos, como colectividad y como nación.

Coronel Von Rohaut

(*) E incluso aceptados en parte, sin que ello haya producido absolutamente ninguna rectificación por parte del gobierno, ninguna disminución de la presión asfixiante ni, mucho menos, ninguna devolución o compensación.

(**) Siguiendo el brillante aforismo o recomendación del corrupto y cínico político andaluz, Don Alejandro Lerroux (en la imágen), que dijo: "A los amigos, el culo, a los enemigos, pol culo, y a los indiferentes, la legislación vigente".

(***) A pesar de los servicios prestados, cuando intentó auparse a la Secretaría General del PSOE y a pesar de haber ganado unas primarias, fue descabalgado y echado a patadas; habráse visto tamaña osadía, ser catalán y querer mandar en el PSOE y optar a la Presidencia del Gobierno español....¿donde iríamos a parar? ¡Ah! y Roma (léase Madrid) no paga traidores...

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