Yo soy catalán

O sea y según los intelectuales de la meseta, sean unos putos "fachas carcas" o unos malolientes "progres", no soy más que un pobre súbdito provinciano, rústico y retrasado, anclado en una mentalidad nacionalista del siglo XIX, sin vistas más allá del campanario del pueblo y que "chapurrea" un dialecto ininteligible y de vuelo gallináceo.

Pues bien, este pobre catalán se niega a aceptar que, después de arrastrarse pidiendo limosna (¡una caritat, per la mort de Deu!) ante los señoritos madrileños estos, amos dadivosos, despectivos y displicentes, nos permitan aumentar nuestro déficit como toda ayuda a nuestras finanzas, exhaustas precisamente por el saqueo de Madrid. O sea, y cagüen su puta madre, nos permiten endeudarnos más... ¡y gracias!

Pues me niego. Y lo que al propio tiempo exijo es que estos bastardos y mal nacidos señoritos de Madrid (concepto, no ciudad), me paguen todo lo que me deben y, todavía más y todo y sabiendo que es un imposible, me devuelvan todo lo que me han robado. Que son miles y miles de millones de euros que, de tenerlos que bien míos que eran antes de llevárselos, ni tendría que hacer recortes en el modelo de bienestar social ni tendría que soportar unas infraestructuras decimonónicas (que, naturalmente, en Madrid consideran que son las únicas que merezco, como basura nacionalista catalana que soy).

"Delenda est Hispania"

Coronel Von Rohaut