Que es lo mismo que, en su día, dijo de Catalunya el eminente obispo de Vic, Josep Torras i Bages y que, para Europa, vengo yo preconizando desde hace muchos años. Y eso que yo soy convencida, científica y militantemente ateo. Pero siempre he defendido la importancia que tuvieron y siguen teniendo la moral judeo cristiana y tanto la iglesia católica de Roma como la Reforma Protestante y el Calvinismo, en la conformación de la cultura y la civilización europeas y uno de los ejes que hace que las nuestras (cultura y civilización) sean superiores a casi todas las demás y de ahí viene nuestra supremacía (y a las pruebas de la historia me remito, con todos sus fallos e incluso mas de una barbaridad...).
Hace muy pocos días Sarkozy fue recibido en el Vaticano por Benedicto XVI e hizo profesión de su fe cristiana y del cristianismo de Francia, sin menoscabo de la laicidad del Estado. Cuando se discutía la no-nata Constitución Europea que, ante las dificultades, fue sustituida por el Tratado de Lisboa, Jacques Chirac, todo y siendo católico practicante (más que Sarkozy) se opuso frontalmente, junto con otros dirigentes, a que en el preámbulo de dicha Constitución se hiciera mención de "las raíces cristianas de Europa"; lo hizo para hacer gala de su neutralismo, de la laicidad de la República y que otras religiones no se sintieran discriminadas. Pero creo que tanto Angela Merkel como otros dirigentes alemanes, polacos, etc., hubieran querido que ello figurara en nuestra Carta Magna y estoy seguro que también ahora lo desea Sarkozy.
Sobre todo ante el embate del islamismo y para dejar claro que, si bien se respetan todas las religiones siempre que vengan en son de paz, Europa es, en sus raíces más profundas y entre otras cosas, cristiana de origen, aunque no se practique, y debe seguir siéndolo en su naturaleza y costumbres, que hemos de evitar sean desnaturalizadas por religiones o filosofías exóticas, foráneas y malvadamente tóxicas y destructivas.
Coronel Von Rohaut
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