En el gobierno del cruel Sadam Hussein, Tarik Aziz (ministro de asuntos exteriores) era la cara simpática y amable del régimen y se entregó voluntariamente al término de la contienda. Ahora un tribunal iraquí, pero constituido por musulmanes "chiís", lo ha condenado a muerte.
Pero Aziz es cristiano caldeo (una de las ramas originales más antiguas del cristianismo en Oriente Medio y practicamente exterminada o en el exilio) y se me malicia que ello ha influido en su condena (*).
Piensa mal y acertarás, que decía el sabio chino...
Coronel Von Rohaut
(*) Bajo Sadam, Irak sufría una dura dictadura pero el estado era laico, había libertad de culto para los cristianos, la mujer no estaba discriminada (por lo menos en las clases altas y educadas) y acudía, sin velos, a la escuela y la universidad. Ahora es peor y cada día más parecido a Irán.
jueves, octubre 28, 2010
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