Todo el mundo sabe lo estresante que es para un francotirador el calcular, en pocos segundos, la resistencia del viento, la distancia del blanco, la trayectoria de la bala, etc., y apretar el disparador para que salga el disparo, a veces a varios cientos de metros de distancia.
Para facilitar este trabajo, la "DARPA", el laboratorio de ideas del pentágono, ha ofertado varios millones de dólares a la empresa "Teledyne Technologies" para que estudie una bala del calibre .50 (12,7 mm) que, durante su vuelo y analizando dichas características o parámetros, pueda modificar su trayectoria y dar en un objetivo móvil, sin error.
Vivir para ver.
Coronel Von Rohaut
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