Aprovechando su absoluta superioridad aérea, las tropas aliadas que luchan en Afghanistan usan y abusan del apoyo aéreo o "close air support", facilitado tanto por helicópteros de ataque como por aviones de ala fija: especializados como el viejo Fairchild Republic
A-10 "Thunderbolt II", o cualquier avión de caza preparado para el ataque al suelo como los americanos F-18 "Hornet", los belgas, holandeses, daneses y noruegos F-16 "Fighting Falcon" o los franceses
"Mirage 2000 D" y "Rafale C".
Pero en caso de necesidad y debido a la nula reacción anti-aérea de los "taliban" o guerrilleros varios, el mando no duda en enviar a los letales bombarderos pesados como el eficaz North American Rockwell Boeing
B-1 "Lancer" cómo el de la foto, que lanza sus bombas guiadas por GPS, las JDAM como las de la foto, de entre 240 y 850 kilos de explosivos.
Ahora bien si, como explica un analista que lo ha vivido sobre el terreno, hay oficiales que utilizan el CAS (close air support) con mesura, como la Echo Company del 2/8 de "marines" que ni siquiera cuando estaban recibiendo fuego directo lanzaron un TIC ("troops in contact" o tropas siendo disparadas) que es la llamada utilizada para recibir apoyo aéreo o que, cuando lo solicitan, cierran el TIC a los pocos minutos de que el último disparo se haya realizado, otros abusan de la facilidad que les da este apoyo aéreo, lo que puede incrementar los "daños colaterales" y las víctimas civiles.
Un oficial se lamenta que TIC sea la palabra más utilizada por las radios de campaña. Lo que empezó siendo un grito de petición de ayuda, ahora ya sirve para cualquier cosa; hay tropas que lanzan un TIC solo por escuchar disparos en las cercanías, lo que perjudica a otras tropas que lo puedan estar necesitando. Un aviador critica que declarar un TIC es, muchas veces, un abuso y se han dado casos de mantener abierto un TIC durante nueve horas y cuando hacía horas que las balas enemigas habían dejado de silbar.
Es por ello que el general Stanley McChrystal ha endurecido las normas para solicitar ayuda aérea mediante el lanzamiento de un TIC que ahora ha de ser analizado por un controlador, lo que puede perjudicar a quienes lo necesiten con urgencia. En la otra foto, un grupo de "marines" mira al cielo, de donde les ha de caer la ayuda, mediante bombas de 500 libras de alto explosivo, después de estar sitiados durante 36 horas en la provincia de Helmand.
Coronel Von Rohaut
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