- Modificaría las limitaciones de velocidad. Situaría los radares, o más si fueran necesarios, en los lugares que se han demostrado peligrosos por la acumulación de accidentes (generalmente en carreteras secundarias o sin doble carril) pero dejaría libre la velocidad en las zonas abiertas de las autovías o con limitaciones generales de máximo 140 kms/h en los trayectos controlados pero menos peligrosos.
- Levantaría la obligatoriedad de ponerse los cinturones en los automóviles (que, por ley, deberían llevarlos) así como el casco los motoristas. Y no estaría prohibido hablar por teléfono móvil (si se causa un accidente, a la cárcel). Por respeto a la libertad individual. Pero, naturalmente, en el caso de sufrir daños corporales en un accidente de coche, o traumatismos craneales en uno de moto, de no llevar puestos estos elementos voluntarios de seguridad, los tratamientos médicos o quirúrgicos y de rehabilitación se los pagaría su señora madre. En ningún caso la seguridad social pública; quizás alguna compañía de seguros privada que cubriera este riesgo, con la prima correspondiente.
- Pondría a debate y eventual referéndum de la población, si los servicios publicos de enfermedad han de sufragar los cuidados de aquellos fumadores que sufran enfermedades pulmonares relacionadas con el tabaquismo, así como las hepáticas como cirrosis y cánceres, causados por un alcoholismo probado. Tabaquismo y alcoholismo son enfermedades y no lo pongo en duda pero sin son causadas por un acto voluntario y no obligado por nadie en su inicio, que cada palo aguante su vela.
- Despenalizaría el consumo de drogas, cuya venta legalizaría lo que, en ningún caso, quiere decir aprobar ni fomentar su consumo (*). Pero su actual prohibición, como la de alcohol en los años 20 en los USA, solo conlleva la aparición de contrabandistas, traficantes y bandas de delincuentes y que su compraventa no genere impuestos e ingresos para el estado y la sociedad. Incrementaría los impuestos de tabaco y alcohol (bebidas espirituosas, no vinos y cervezas que, a dosis prudentes, son beneficiosas para la salud, excepto en los alcohólicos lo que ya ha sido tratado más arriba). La marihuana sería vendida en los estancos, lo que les compensaría del descenso de venta de tabaco, y con los impuestos altos que correspondan con lo que, de todas formas, saldría más barata que a través de la venta ilegal y sería de mejor calidad, envasada y controlado por las compañías tabaqueras desde su cultivo hasta su venta legal. Otras drogas más duras como cocaína, anfetaminas y hasta heroína, serían despachadas a través de las farmacias y procedentes de grandes empresas farmacéuticas que garantizasen su calidad y pureza, con un control informático de sus compradores, con anotación de su DNI, estricta prohibición de venta a menores igual que cualquier tipo de droga, y traslado de los datos a la policía ya que la consumición de estos productos puede acarrear actos peligrosos, delictivos o asociales.
- Obviamente mantendría la actual y restrictiva ley del tabaco. Prohibido fumar en cualquier lugar público, ni que sea al aire libre, si es cerrado o acotado. Todo el mundo es libre de fumar si así le apetece pero su libertad, siempre, termina donde empieza la del que no quiere fumar y que puede estar a su lado. ¿Por qué darle preeminencia a la libertad del que no quiere sobre el que sí quiere? Porqué fumar está largamente demostrado que es peligroso para la salud. Tú suicidate si quieres; es tu libertad. Pero no puedes perjudicar a otro, bajo ninguna circunstancia ni excusa.
- Actualmente muchos delitos, si se han realizado bajo los efectos del alcohol o una substancia estupefaciente, ello se considera un atenuante que rebaja la pena. ¡Hostia bendita! Ello sería siempre un agravante ya que a emborracharse o drogarse no le ha obligado nadie. Cuando lo hace ya sabe que puede causar un perjuicio a otro. El que la hace la paga.
- Analizaría la tipificación de muchos delitos y sus penas. Me parece bien que pequeñas faltas y hurtos menores no representen encarcelamiento. Pero es brutal y monstruoso que pequeños delincuentes que hayan sido detenidos decenas de veces por robos a buenas gentes, campen a sus anchas por las calles. Hay que tomar ejemplo de los USA donde lo que se castiga, en las faltas menores es, precisamente, su reincidencia. Cuando un chorizo sigue robando a pesar de que le hayan detenido ya demuestra su negativa o imposibilidad de redimirse o reintegrarse en la sociedad. Más de tres delitos o faltas, por pequeñas que sean, a la cárcel y por el tiempo acumulado.
- Nunca aceptaría la pena de muerte. Más que por cuestiones morales, debido a los numerosos errores judiciales que se producen y que si ya has matado al pseudo-culpable, si luego se descubre que no era él, ya no tiene remedio y la injusticia es clamorosa. Pero para muchos delitos graves o escandalosos, cadena perpetua. Y no un máximo de años y luego a la calle si no que perpetua quiere decir que saldrá de la cárcel tieso y en una caja de madera. La sociedad tiene derecho a defenderse. Si hay que respetar los derechos de todas las personas, incluidos los delincuentes, más hay que respetar los de "los buenos". Y si el delito ha sido horroroso, la venganza de la sociedad y de las víctimas es justa.
- Permiso de armas para la autodefensa y derecho a la defensa propia. No armas a granel como en Arizona pero sí con previo control y permiso de la policía, como en Nueva York. Lo que no es de recibo es que tengamos prohibida la tenencia de armas "los buenos" mientras que los chorizos, que son los que las van a utilizar contra las buenas gentes, tienen las que quieren; solo es cuestión de saber dónde y pagar...
Coronel Von Rohaut
(*) Este tema ya lo traté ampliamente en una de las primeras entradas de este "blog".
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