Los franceses regresan al cabo de un año, en plena guerra civil y en la que los hutus, desencadenados, masacran salvajemente a los tutsis. Las fuerzas francesas, cuatro gatos y con ROE's y "caveats" (reglas o normas y limitaciones de combate) limitadas por la ONU, no pueden hacer nada.
Al ganar los tutsis, finalmente y gracias a la ayuda "anglófona" (los USA, como siempre, deseosos de sustituir a los franceses en el tablero africano), su nuevo presidente Kagamé arremete contra Francia y durante 15 años ha estado acusando al coronel Tauzin y a sus hombres, de genocidio, de haber entrenado a los asesinos hutus y de haber colaborado activamente en la matanza.
Ahora, ya general retirado, Tauzin ha escrito un libro negando todas las calumnias y aclarando la verdad. Verdad que yo no dudo ni un instante en aceptar.
Son cosas, a veces crueles, del "Great Game" (*) que, en distintos teatros de operaciones y con distintos actores a veces, o los mismos otras, se sigue jugando en el tablero de ajedrez de la geoestrategia mundial.
Coronel Von Rohaut
(*) Nombre que se dió, en la época victoriana, a la guerra subterránea, de espionaje, contraespionaje y estrategia, en el enfrentamiento que, en Afghanistan, mantenían los imperios británico y zarista.
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